sábado, 30 de junio de 2007

Gustavo Benitez


Un idolo al que le falto la copa Libertadores

En la galería de grandes nombres del Olimpia se inscriben muchos que no tuvieron la suerte de levantar la Libertadores vistiendo los colores del Decano del fútbol paraguayo. Una de estas leyendas es sin dudas Gustavo Adolfo Benítez.

Benítez nació en la ciudad de Paraguarí, en 1953. Sus inicios futbolísticos se remontan al club Nacional de su ciudad natal. En 1973 se consagró campeón del torneo Interligas con la selección de Carapeguá, que había solicitado su concurso como refuerzo.

En aquella oportunidad, el entonces técnico de Olimpia, el “Chema” Rodríguez, estaba presente en la final y fijó sus ojos en el juvenil elemento.

Poco tiempo después, Benítez ya era la nueva y prometedora contratación del Decano. “Debuté con Olimpia contra General Caballero de Zeballos Cué en 1974. A finales de ese año fui convocado a la Selección Nacional.

"En 1975 recibio otra Medalla de Oro que le fue conferida por la Asociación de Ex jugadores del Olimpia"

Al siguiente fuimos campeones con Olimpia, estando de técnico don Aurelio González. Fueron mis compañeros Almeida, Alcides y Flaminio Sosa, Morales, Pino León, Espinoza, Luis Torres, Kiese, Paniagua, Jorge Insfrán y otros tantos que recuerdo con tanta emoción”, comenta.

A fines de 1975, Benítez fue transferido al Granada del fútbol español. Estuvo allí más de cuatro temporadas en las que se ubicó entre los más importantes jugadores de la competitiva Liga Española.

En 1979, Benítez fue premiado por la prensa deportiva española con el “Botín de Oro” al mejor jugador de la temporada. Ese mismo año, sus compañeros del Olimpia alcanzaban por primera vez en la historia del fútbol paraguayo las copas Libertadores de América e Intercontinental. Desde Europa, Benítez, uno de los ídolos del fútbol en España, compartía la alegría franjeada.

Volvió al Olimpia al año siguiente, en 1980 para salir campeón con Olimpia ese mismo año y conservar el título hasta 1983, cerrando así el extraordinario hexacampeonato. Se despidió nuevamente del Olimpia con otro título, el de 1985.

Partió luego a formar las filas del Nacional de Medellín de Colombia.
Los años fueron pasando, pero la calidad seguía manteniéndose. Por ello, Olimpia volvió a convocarlo para la campaña de 1987. Benítez no defraudó y su cuota de esfuerzo fue fundamental para alcanzar nuevamente el título en 1988 y 89, año en que Olimpia se consagró sub-campeón de la Copa Libertadores. Fue lo más cercano que Benítez estuvo de la Copa.

Por designios del destino, en 1990, Benítez viajó a México con el técnico “Maño” Ruiz para asumir su nuevo rol en el fútbol, el de ayudante técnico, en el Necaxa. También asumió la dirección de las divisiones inferiores del club mexicano. Ese año, Olimpia volvía a subir al podio mayor del continente, conquistando por segunda vez la Copa Libertadores.

En el año 1991, Gustavo Benítez regresó al Olimpia como ayudante de campo del “Maño” Ruiz, en la primera división, y como entrenador de la juvenil, con la que se consagró campeón. Desde entonces, la carrera como director técnico de Benítez fue también en ascenso, llegando a ubicarse entre los técnicos paraguayos de mayor renombre, dirigiendo inclusive en el fútbol español.

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